AYER iba por la Avenida Javier Prado, una avenida bastante concurrida de mi ciudad y normalmente muy lena en su avance en las horas de mayor tráfico, entonces observaba a los policías, mayormente femeninas, que estaban encargadas de dirigir el tráfico.
Me llamó mucho la atención que el 90% de las que vi en mi recorrido, estaban muy felices y entusiasmadas, sonrientes, hablando por teléfono con el sistema de manos libres. Entonces observé los resultados de su distracción. Muchas veces peatones pasaban y la policía, sin observar, daba el paso a los carros lo que provocaba que varios tuvieran que correr para llegar a una vereda. En otros casos, los carros no tenían a donde avanzar, pero la policía del lugar, seguía agitando su mano, automáticamente, sin fijarse en si valia la pena hacerlo o tal vez era más conveniente que pasaran los de la calle que cruzaba y tenían libre camino.
Estaba con mis hijos, ambos adolescentes, entonces empezamos entre los tres a observar. Nos dimos cuenta como dejaban pasar .camiones y motos, vehículos que están prohibidos por un tramo de esta calle, obviamente sin verlos. Otros hablaban por teléfono mientras manejaban, seguros de que no hubiera quien corrigiera esta falta o quien la multara como correspondería.
Entonces comparamos esta realidad con la que existía en un trabajo diferente, digamos, en una oficina. Quien trabaja en una oficina, no puede darse el lujo de hablar por teléfono durante sus horas de trabajo, salvo para lo indispensable o lo relacionado con las actividades de trabajo. Obviamente en el caso de las policías no era este el caso.
Será que estas policías se darán cuenta de lo que significa allí su presencia? Tomarán conciencia de su real importancia en nuestra sociedad?
En nuestro País, la delincuencia está poco a poco haciendose más presente. De ladrones menores, ahora vemos noticias que hablan de robos avesados que antes no teníamos en agenda. La falta de imagen y respeto a la policía es parte de este problema. Las leyes se respetan si nos ven, no porque sepamos que existen, lo que normalmente si tenemos claro, sino por el posible castigo que puede existir si nos ¨pescan¨ incumpliéndolas.
A mi me gustaría que la policía se mirara a si misma y pensara si tiene el perfil que inspire respeto. El día que los policías tengan claro el papel que juegan en la sociedad, tal vez ese día sientan la responsabilidad de cumplir a cabalidad sus roles, sin hablar por teléfono, sin leer periódicos, sin dejar pasar las cosas, porque sólo se necesita un momento, un momento de su jornada de trabajo, para que con su actitud, permita que lo pasen por alto.
Necesitamos evolucionar como sociedad y un gran inicio es el respeto. El respeto a las leyes es un inicio interesante, especialmente con el compromiso de los llamados a hacerlas respetar.
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